Desde pequeña, experimenté una conexión profunda con las emociones humanas y las energías sutiles que nos rodean. Recuerdo que de pequeña le decía a mi madre que yo podía sanar las enfermedades a las personas, que las podía curar, que yo nací con ese don, evidentemente eso a una madre la dejaría de piedra y por miedo a ser un bicho raro, así que en su momento lo elimine de mi mente.

A esta parte de mi vida se le suma que con 15 años casi muero ahogada, donde justo en el preciso instante que dije me rindo aquí me muero…se acercó a mí una figura que me dijo todavía no es tu momento, justamente ahí es cuando me sacaron del agua. Esta sería la segunda vez en mi vida que tengo un contacto directo con el plano espiritual y lo que no queremos ver y sentir. Después de aquí varias experiencias más.

He de decir, que desde siempre me he sentido diferente al resto, sentía que me faltaba algo más por descubrir que tenía que haber algo más que lo que estaba viviendo. Esa sensibilidad me llevó a estudiar primeramente el área del deporte, donde al principio solo trabajaba para ayudar a otros a cuidar el cuerpo, pero seguía sintiendo que me faltaba algo más por dar.

Seguidamente comencé a trabajar en campamentos donde descubrí que tenía una fuerte conexión con la naturaleza, donde siempre hallaba paz, calma y serenidad, era donde más libre me sentía. Pero nuevamente seguía sintiendo que había algo que no terminaba de ver.

Con el tiempo comencé a trabajar en diferentes sitios hasta acabar trabajando en una casa de acogida con personas sin hogar, con grandes traumas y malas decisiones a sus espaldas, al principio mi labor solo era hacerles deporte y generarles hábitos saludables. Pero finalmente termine haciendo más trabajo social que deportivo, cosa que me agrado mucho, porque aun siendo un trabajo duro, por las historias que escuchaba me di cuenta de que eso movía algo dentro de mí.

Ese trabajo lo cambio todo en ese momento, y decidí que quería ser empresaria, que quería hacer las cosas de forma diferente e impactar a las personas con ello y que pudieran ser felices, aunque solo fuera por un instante. Eso sí, hay que destacar que desde pequeña decía que yo iba a hacer grandes logros, que iba a cambiar el mundo y que iba a llegar muy lejos. 

Así que, construí una empresa que se enfocaba en el área deportiva, las manualidades y lo social, básicamente quería crear un movimiento donde no solo vinieran a disfrutar, sino que les pudiera aportar valor, aprendizaje y empoderamiento. A través de este enfoque, lograba llegar a ver y entender cuáles eran las necesidades, miedos o inseguridades de esas personas. Simplemente con escucharlas ya podía saber que pasaba en ellos, porque tenía desarrollada esa sensibilidad o intuición innata que ya estaba dentro de mí.

Varios años después y tras la pandemia comencé a tener un mayor contacto con lo espiritual y la psicología, comencé a profundizar más en mí, dándome cuenta de que vine a este mundo con un propósito mayor que el que estaba llevando, comencé a estudiar programación neurolingüística y libros de autoayuda y conocimiento, pero sin saber aún cual era mi enfoque final.

Es entonces cuando aparece en mi vida la parte más espiritual que jamás hubiera experimentado, conociendo a una Medium (Saray Hernández) que hizo que todo lo que tenía planteado para mi vida se diera la vuelta, cosa que hoy en día agradezco.